Te quiero contar de una dinámica de retrospectiva para equipos haciendo outsourcing que preparamos pensando en analizar un aspecto bien importante en nuestro contexto de trabajo: la visibilidad de nuestros aportes desde el punto de vista del cliente y desde el punto de vista de Abstracta. En particular, me refiero a los aportes individuales y a los de un sub-equipo de trabajo.
Ayer en uno de los equipos de Abstracta que trabaja en un cliente pusimos en práctica esta dinámica de retro. La dinámica la llamé “Sí pero no y no pero sí” y básicamente plantea hacer un pienso en estas 4 categorías:
- Cliente, sí pero no: que cosas sí estoy haciendo pero tal vez no se visualizan tanto.
- Cliente, no pero sí: que cosas no estoy haciendo pero tal vez sí debería hacer para que visualicen el valor que aporto.
- Abstracta, sí pero no: qué cosas sí estoy haciendo en el cliente y tal vez en Abstracta ni se enteran.
- Abstracta, no pero sí: qué cosas no estoy haciendo y tal vez sí ayudaría a mejorar la visibilidad de lo que hago, tanto en mis tareas como en mis habilidades.
Algo curioso es que en nuestro afán por el análisis crítico nos faltó un “Sí pero sí”, o sea, algo que permita hablar de las cosas que sí están funcionando, y no solo de lo que tenemos para mejorar. Por suerte el equipo se dio cuenta de esto y acotó con aportes en ese sentido. Es importante incluir cosas positivas para reconocerlas y así reforzarlas.
Side note: si querés ver más dinámicas de retrospectivas, acá podés acceder a todas las que he publicado en este blog.
Un desafío típico del outsourcing, especialmente en empresas en Uruguay, donde se suele exigir que las personas estén físicamente en las oficinas del cliente trabajando, es que los abstracteros a veces se alejan físicamente de la empresa, quedando un poco aislados o separados del resto del equipo. Entiendo que en un cliente es sumamente importante el trabajo codo a codo, pero en nuestra idiosincracia parece estar la necesidad de ver a la gente en una silla para saber si está trabajando o no (ojo, no digo que en todos los casos pase esto, pero muchas veces me hace pensar que es así). A veces la excusa va asociada a normativa de trabajo (léase, pasar tarjeta), a veces va asociada a que “es necesario” estar ahí para ser más productivo. Ante esto último nuestra respuesta es que hoy estamos trabajando en más de un 50% de nuestra capacidad operativa para empresas en Estados Unidos, o sea, remoto, y con excelentes resultados. Además, en casi todos estos proyectos estamos trabajando con metodologías ágiles, donde la comunicación en tiempo real es primordial, pero más allá de que no trabajemos en la misma sala vemos que es posible dar un buen servicio e integrarnos a los equipos con nuestra forma de trabajo.
Algunas ideas que surgieron:
- Más capacitaciones cruzadas, logrando mezclar personas de distintos equipos y así lograr cruzar experiencias, buenas prácticas, herramientas, etc. Estas capacitaciones llevadas a cabo por alguno o por varios. Esto permite desarrollar también las habilidades de comunicación oral, presentación de ideas, discusión, etc.
- Compartir artículos a modo de experience reports, para que el resto de la empresa esté más al tanto de las soluciones que se le dan a los problemas y desafíos que hay dentro del proyecto. Esto permite desarrollar también las habilidades de comunicación escrita.
- Mayor participación en distintos tipos de actividades de integración.
- Abrir las actividades hechas en el cliente para que participen o para que le lleguen al resto de los abstracteros.
Lo importante de estas actividades también es el poder ejercitar el músculo de la mejora continua y compartir con el equipo nuestras formas de pensar y percibir el mundo, que nos hacen crecer a cada uno y a todos como equipo.
Me encanta este nuevo enfoque para la retro! Comparto tu articulo
Genial 🙂
Compartí luego a ver qué tal te va aplicándolo